Existe un caso muy interesante que cuenta acerca de una paciente que se encontraba muy perturbada, pues sus parientes cargosos insistían en visitarla constantemente y de improviso, y luego se quedaban más tiempo del que a ella le gustaba, así que como no sabía cómo resolverlo decidió concurrir a terapia.
Demasiados terapeutas llevan al paciente a comer y le dicen qué es lo que debería comer, cuando en realidad lo mejor es ayudar al paciente para que abandone sus rigideces, en un grado suficiente como para que descubra otros modos de comportarse, que sirvan para eliminar su problema
Cada persona cuenta con creencias, conductas, exigencias y características que la vuelven única, y que si son adecuadamente encaradas, no solo no estorban, sino que hasta pueden facilitar la terapia
El Dr. Erickson se dio cuenta rápidamente que esa mujer no solo se sentía invadida, sino que hasta había desarrollado una ulcera que la incapacitaba para todas sus relaciones sociales, así que decidió que esa úlcera provocada por sus parientes, podía ser el comienzo de la solución del problema, y por lo tanto lo que más convenía era sacar provecho de ella
A la paciente le gustó la idea apenas le fue sugerida. Y la sugerencia fue, que cada vez que llegaran sus parientes en una visita de improviso, debía tomar un gran vaso de leche, que en todos los casos le provocaba deseos de vomitar.
Y por supuesto una persona que se sentía tan mal que hasta estaba vomitando, no tenía energías suficientes como para ponerse a limpiar el vomito, así que debían hacerlo los parientes.
El resultado fue que las visitas comenzaron a distanciarse en el tiempo, y antes de hacerlo cada vez le consultaban si se sentía bien como para poder recibirlos, y una vez que llegaban a la casa, cuando la paciente sentía que la visita comenzaba a extenderse más tiempo del que le gustaba, comenzaba a tocarse el estómago dando señales de que se sentía mal, y que en cualquier momento podía vomitar, lo cual hacia que rápidamente huyeran de allí las visitas molestas.
Al cabo de un tiempo, esas visitas molestas dejaron de molestarle, y finalmente hasta se curó la úlcera
Yo puedo ayudarte y me gustaría mucho poder hacerlo.
Con mis mejores deseos
Dr. Roberto A. Bonomi
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